Estuvimos 14 meses en alerta. La OMS pronosticó 150 millones de 
muertes en todo el mundo. España gastó 25 millones de euros en 
desinfectantes de manos, 15 en mascarillas y 333 en 13 millones de 
vacunas. Utilizó dos millones de ellas, vendió 2,3 millones a los países
 árabes, donó cuatro a Latinoamérica y finalmente destruyó seis millones
 de vacunas que se traducen en 42 millones de euros tirados a la basura.
 Era 2010, España estaba en plena crisis y con un Gobierno de Zapatero 
al que le quedaba un año para el juicio final. El total de muertos según
 el Ministerio de Sanidad fue de 373 víctimas por la gripe A, la común 
mata al año entre 1.000 y 4.000 personas en nuestro país.
España
 dio una respuesta exagerada empujada por la alarma que creó la OMS. El 
mundo parecía que iba a quedar desolado con centenares de millones de 
habitantes menos y ahora, todo parece un timo. El marketing del miedo 
logró que las farmacéuticas facturaran 537.000 millones de euros ese 
año. 
Cuatro años antes, de 2004 a 2006, la población mundial 
vivió dos años aterrada por la gripe aviar. La quema de aves se repetía 
en los telediarios de todo el mundo. España gastó 63 millones de euros 
en antivirales, 1,8 millones en acondicionar el laboratorio del Ejército
 dónde se guardaba parte de esos medicamentos y más de 3 millones de 
euros en campañas publicitarias. En total casi 68 millones de euros por 
un único caso en el país; un pato que murió infectado en julio de 2006 
en el País Vasco. En todo el mundo sólo murieron 262 personas.
"El problema es que el miedo se contagia", dice a Estrella Digital
 Joan Caylé, jefe del Servicio d'Epidemiología de la Agència de Salut 
Pública de Barcelona. "Con el tema de las vacunas pasa lo mismo; el 
miedo se contagia y también los políticos, no sólo de España, sino 
también de Europa. La crisis y la experiencia quizá impidan que se 
repita el mismo hecho", asegura Caylé. Está por demostrar y quizá este 
sea el momento. El Ministerio de Sanidad confirma a Estrella Digital
 que desde el Consejo de Europa y la Organización Mundial de la Salud 
tienen información del nuevo coronavirus parecido al SARS que ya ha 
afectado a dos ciudadanos árabes, provocando la muerte de uno de ellos. 
"Sanidad ya ha puesto en conocimiento de las diferentes Comunidades 
Autónomas todo lo sucedido para que si se encuentran con un caso 
parecido lo aíslen y consideren, a pesar de que no tenga relación con 
España".
El
 virus SARS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo) tuvo su momento de 
alarma en 2002. Se extendió a 30 países, se transmitía de gatos a 
humanos aunque sólo hubo diez víctimas. El doctor Joan Caylé asegura que
 de este virus no hubo casos en España: "Observamos 20 casos de 
pacientes con neumonía y ninguno fue SARS, pero la gente venía alarmada 
al hospital cuando veía algún síntoma y sobre todo ciudadanos de Madrid y
 Barcelona dejaron de acudir a restaurantes de comida china".
Este
 nuevo coronavirus aún no está bautizado, pero el director de 
Enfermedades Transmisibles de la OMS, Guenael Rodier, confirma a este 
diario la infección de dos hombred. Un qatarí de 49 años que se mantiene
 en observación en un hospital de EEUU y un ciudadano de Arabia Saudita 
de 60 años fallecido a principio de año: "Este virus es sólo eso, un 
nuevo virus probablemente de origen animal que no es ni la causa del 
SARS, ni del resfriado común. Se trata de un virus recientemente 
descubierto en el hombre que, en los dos únicos casos conocidos, causó 
una grave enfermedad".
Por el momento la OMS asegura que no hay 
evidencia de que este nuevo virus que provoca insuficiencia respiratoria
 y renal se transmita de persona a persona. Aunque desde la organización
 reconocen que mantienen la alerta y siguen de cerca la evolución con 
los países interesados y socios.
"Esta historia no es nueva y no tiene el menor interés –asegura Miguel Jara a Estrella Digital-,
 ganas de darse importancia la OMS". Miguel Jara es periodista y autor 
de los libros 'Laboratorios de médicos. Viaje al interior de la medicina
 y la industria farmacéutica' (Ed. Península), 'La salud que viene' (Ed.
 Península) y 'Traficantes de salud' (Icaria Editorial). "Cada dos por 
tres saltan con historias de nuevas cepas de virus gripales. No deja de 
ser un virus de baja letalidad, salvo para personas con complicaciones 
cardiovasculares y respiratorios de base".
 
 
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