La exposición ambiental al bisfenol A (BPA),
una sustancia química generalizada que se encuentra en los plásticos y
las resinas, puede suprimir un gen esencial para la función de las
células nerviosas y para el desarrollo del sistema nervioso central,
según un estudio dirigido por investigadores del Centro Médico de la
Universidad de Duke, en Durham, Carolina del Norte (Estados Unidos), y
publicado en 'Proceedings of the National Academy of Sciences'.
Este hallazgo fue observados en las neuronas corticales de
ratones, ratas y seres humanos. "Nuestro estudio encontró que el BPA
puede afectar el desarrollo del sistema nervioso central y plantea la
cuestión de si la exposición podría predisponer a los animales y los
seres humanos a los trastornos del desarrollo neurológico", dijo el
autor de la investigación, Wolfgang Liedtke, profesor asociado de
Medicina, Neurología y Neurobiología de Duke.
El BPA, una molécula que imita el estrógeno e interfiere en el
sistema endocrino del cuerpo, se puede encontrar en una amplia variedad
de productos manufacturados, incluyendo papel de impresora térmica,
algunas botellas de agua de plástico y el revestimiento de las latas de
metal. El producto químico puede ser ingerido si se filtra en el
contenido de los envases de alimentos y bebidas.
La investigación en animales ha despertado la preocupación de que
la exposición al BPA puede causar problemas de salud tales como
problemas de comportamiento, enfermedades endocrinas y reproductivas,
obesidad, cáncer y trastornos del sistema inmunológico. Algunos estudios
sugieren que los bebés y los niños pequeños pueden ser los más
vulnerables a los efectos del BPA, lo que llevó a la agencia
norteamericana del medicamento (FDA, en sus siglas en inglés) a prohibir
su uso en los biberones y las tazas el pasado julio.
Mientras que se ha demostrado que el BPA afecta al sistema
nervioso en desarrollo, se sabe poco acerca de cómo esto ocurre, por lo
que el equipo de investigación de Duke desarrolló una serie de
experimentos en roedores y células nerviosas humanas para aprender cómo
este producto induce cambios que alteran la regulación de genes.
Durante el desarrollo temprano de las neuronas, altos niveles de
cloruro están presentes en las células pero en las neuronas maduras,
estos niveles caen por una proteína transportadora de cloruro llamada
KCC2, que produce iones de cloro fuera de las células. Si el nivel de
cloruro en las neuronas sigue siendo elevado, se puede dañar los
circuitos neurales y poner en peligro la capacidad de una célula
nerviosa en desarrollo a migrar a su posición correcta en el cerebro.
La exposición de las neuronas a pequeñas cantidades de BPA altera
los niveles de cloruro dentro de las células de tal manera que se apaga
el gen KCC2, lo que hace que la proteína KCC2 retrase la eliminación de
cloruro de neuronas. Los científicos descubrieron que MECP2, otra
proteína importante para la función cerebral normal, era una posible
culpable detrás de este cambio, ya que cuando se expone a BPA, es más
abundante y se une al gen KCC2 a un ritmo mayor, lo que podría ayudar a
apagarlo y podría contribuir a problemas en desarrollo cerebral por un
retraso en la eliminación del cloruro.
Estos resultados plantean la cuestión de si el BPA puede
contribuir a trastornos del neurodesarrollo, tales como el síndrome de
Rett, un trastorno del espectro autista grave que sólo se encuentra en
las niñas y se caracteriza por mutaciones en el gen que produce MECP2.
Mientras que las neuronas de ambos sexos fueron afectadas por el BPA en
los estudios, las femeninas fueron más susceptibles a la toxicidad de la
sustancia química.
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